El mundo es un collar de perlas
jamás me perdonaré esta comparación tan cursi
el mundo es un collar de perlas
y el niño, gritón y llorón, que come más de lo que ganamos
que se caga que berrea que llora que dice todo para mí
esto para mí eso mío también
el niño, gritón y llorón, tira del collar
y una a una van cayendo al suelo las perlas
tan brillantes, tan blancas, tan todo que parecen
de mentiras, que han de ser robadas
y nos apresuramos a recogerlas, las recogemos
una a una, temblando, llorando y sorbiéndonos los mocos
mientras con la mano libre tratamos de que el niño no se caiga
no llore, no se cague, no huela, no moleste y se lo coma todo
no podemos permitir que los vecinos se enteren
de que somos unos malos padres.