06 octubre 2012

La caja de Otto


Con el dedo movemos las agujas del reloj,
los cuerpos. Difuminamos
el contorno de los ojos. El cuarto vacío;
la cama de 90, las cortinas, el escritorio
con pegatinas de Son Goku. Entramos
nuestro aire tuerce los cuadros,tiramos
de uñita, los sombreros. Se cae. Todo.
La mentira, el no saber querer
el hacernos daño. Y entonces,
la cara B de la vida; tan roja, tan brillante.
La vida, siempre la vida, repitiéndose, 
una y otra vez, apretándonos muy fuerte
hasta perder el aire, el sentido
la razón, a nosotros. Soplándonos el viento
a favor de perder. Y nosotros, 
quietos muy quietos, haciendo lenta la piel

corriendo al revés.