26 abril 2012

Green grass (III)


Me siento en lo alto de la colina,
donde el repetidor.
Creo que me he acabado esta ciudad
unas ciento diez veces. Columpio
entre mis dedos, una telaraña de palabras,
empezaré otra vez, y otra y otra.
Y no recordaré y no querré contar.
Luego la mañana me hará un ojal en el vientre,
y juraré haber dormido bajo un puente
o a las puertas de una iglesia. Nadie me creerá,
y admitiré que es mentira pero que sucedió
tal y como lo estoy contando. Y que sentí frío.
Y agua en la punta de los calcetines. Y que
no pude detener el temblor de mis piernas.