27 marzo 2012

Esperar la primavera

Te busco, te sigo, deletreo tu nombre
hasta en la cal de las tuberías.
Encontraré rumbo, si hace falta,
haré patria en tu piel, exilio en la semana.
Moldearé una bandada de pájaros
para cada una de tus preguntas,
pero no me lo tengas en cuenta.
Marcaré todas mis ganas en tu espalda
como lo harán las rotativas de las imprentas
cuando hayamos ganado esta guerra.
Volcaré el agua de tu vaso
y beberé de ella, una y otra vez.
No seré escudo contra tus miedos,
pero me quedaré, hasta que la mano
que aprisiona tu cabeza desaparezca.
Nómbrame, lánzame contra la pared,
grítame, quítame los puntos,
deshazme las costuras, alimenta mi hambre,
incéndiame, hunde tu mano en mi cuerpo,
derramaré mi vino sobre ti. Remueve el fango,
la sangre, extírpame la razón.
Prometo no desplegar contra ti
el ala azul que llevo dentro, pero ni se te ocurra
acabar con el caos poliédrico y fluorescente
que se asoma a los poros de mi piel
y me ayuda a hacer aspa en el calendario.