26 octubre 2011

Alerta amarilla

Ando últimamente como enfurecida
buscando culpables y cables
me paseo por la casa, perro en guardia
arrepintiéndome de cada cosa que digo
jurando no volver jamás
al menos treinta veces al día.
Esperando confirmaciones
a llamadas que siempre hago
olvidando descolgar el teléfono.
Contestando a preguntas
que nadie me hará.
Agitando las manos,
crispando las venas,
apuntalando la piel,
bien fuerte a los huesos
no vaya a ser que en una sacudida

pierda el vestido.