22 junio 2011

Hay que contar la verdad.

Disparar verdades

como arma de destrucción masiva.

Dejar clara tu posición ante la vida.

Dejar claro el perfil de tu personalidad

en un escueto texto de 160 caracteres,

pero sólo mediante la verdad.


No hay sitio para la incoherencia,

aunque definirse como bipolar

esté socialmente aceptado

como un rasgo envidiable

de una personalidad, en realidad,

conformista, banal y vacía.


La automedicación es un síntoma

de la enfermedad que aún está por desarrollarse:

cáncer de productos,

lenguaje corrupto.


no sé diferenciar entre verdad y mentira.


Qué necesidad tengo de saber cómo os sentís

si sólo quiero leeros.


No soy un psicoanalista. Me niego a las terapias de grupo 2.0.


Convencedme

de que lo vuestro es verdad

y me lo tomaré como tal.



aunque no sea así.


Que si quiero realidad,

me voy a la oficina del INEM,

que si quiero realidad,

me voy con una ONG.


No quiero verdad,

joder,

la realidad me aterra,

contadme mentiras que sepan

a verdad.


Eso es lo que quiero:

un placebo

que calme

mi ansia de todo.


Y si os sucede

o no

y si os masturbáis

o no

y si fumáis

o no

y si folláis con desconocidos

o no.


Francamente:

me da igual.


Contádmelo

pero contádmelo bien

y a ver si me lo creo.


Y si me lo creo

será verdad.


Contadme

mentiras

que

sepan

a

verdad.