Hay que contar la verdad.
Disparar verdades
como arma de destrucción masiva.
Dejar clara tu posición ante la vida.
Dejar claro el perfil de tu personalidad
en un escueto texto de 160 caracteres,
pero sólo mediante la verdad.
No hay sitio para la incoherencia,
aunque definirse como bipolar
esté socialmente aceptado
como un rasgo envidiable
de una personalidad, en realidad,
conformista, banal y vacía.
La automedicación es un síntoma
de la enfermedad que aún está por desarrollarse:
cáncer de productos,
lenguaje corrupto.
no sé diferenciar entre verdad y mentira.
Qué necesidad tengo de saber cómo os sentís
si sólo quiero leeros.
No soy un psicoanalista. Me niego a las terapias de grupo 2.0.
Convencedme
de que lo vuestro es verdad
y me lo tomaré como tal.
aunque no sea así.
Que si quiero realidad,
me voy a la oficina del INEM,
que si quiero realidad,
me voy con una ONG.
No quiero verdad,
joder,
la realidad me aterra,
contadme mentiras que sepan
a verdad.
Eso es lo que quiero:
un placebo
que calme
mi ansia de todo.
Y si os sucede
o no
y si os masturbáis
o no
y si fumáis
o no
y si folláis con desconocidos
o no.
Francamente:
me da igual.
Contádmelo
pero contádmelo bien
y a ver si me lo creo.
Y si me lo creo
será verdad.
Contadme
mentiras
que
sepan
a
verdad.