15 febrero 2012

Voz en off de La Mujer Permanente

Hay otro mundo y yo tengo los bolsillos
esperando por la tierra.
Abajo todo va bien, en serio. No creo en el cielo.
Pero me gusta saber cómo les va a los que están lejos.
En ocasiones, las manos están extrañamente,
esmaltadas de purpurina.
Anoche soñé con mi cuerpo tendido sobre un tejado;
el calor residual de las tejas acariciaba mis poros,
una estela anaranjada en el arco de mi espalda.
Ahora no estoy segura, pero hace como un minuto
juraría haber dicho: ven. Si me vuelves a preguntar
me meterías en un compromiso. Un hombre juega
a hacer batería en el aire. Respira fuerte, chico,
tienes que aprender a aguantar la respiración.
ZAMBÚLLETE. De joven, jugaba en un río negro,
era verano pero siempre teníamos los pies fríos.
En el agua. El pelo goteando sobre la espalda.
Peces grises acariciaban las plantas de los pies.
De las sanguijuelas mejor no hablar. Gritos de adolescentes.
Risas y medio litro de agua bajando por la garganta.
Por eso sé que hay otro mundo,
aunque el chirrío de las maderas del embarcadero
trate de convencernos de lo contrario.