27 diciembre 2011

Me gustaría explicar el resorte...

Me gustaría explicar el resorte
que salta de improviso
y me convierte en presa
de mis propias promesas.

El mismo que me impide
quedarme a comprobar
todo eso que soy capaz
de comprender
cuando ocurre lejos.

El que hace prisa y razón
de la duda.

Ese, que me apura el vaso
y en seguida pide otro,
porque no sabe qué hacer
con las manos.

Resorte que me empuja,
tan cerca y tan lejos
que cualquier palabra
pierde significado
en esa región.

Resorte, bronce claro,
clavado en mitad del pecho.
Resorte que es puerta
que es escalera
que es la ventana.
Resorte, que me despierta
en mitad de la noche,
y recorre la habitación
a pasos cortos.
Resorte, que se bebe el agua
de mi botella de plástico
y nunca queda saciado.
Resorte, que a veces desaparece
pero ni en esas,
me deja en paz,
porque siempre encuentra manera
de decirme que no está
y que hay un sitio
en mi pecho
que lleva su nombre.