05 noviembre 2011

El mecanismo del odio

¡No me azoto más!
Por hoy he tenido suficiente.

Nadie lo admite.

Pero yo,no me azoto más,
he venido aquí a reconocer
mi condición.

Tengo camino y predisposición
para el odio.
Y aquí lo digo.

No me avergüenzo,
sin pudor y con alevosía
reconozco
que frecuento su esquina.
Que me levanto de la cama
y grito: ODIO

Odio, con todas las ganas y sin rencor.
Con toda la fuerza que me dan los bares.
Con toda la razón que me dan los adoquines.
Con toda la rabia que brota
cuando quitan extirpan mi razón.

¿Quién conoce los mecanismos del odio?

El odio es árbol que se extiende bajo la tierra.
Y como tal, como árbol, convive con gusanos
y
..................................................................................pájaros.

En sus ramas externas se cuelgan
golondrinas, habichuelas y cometas del niño
que no supo volar.
De abajo, de abajo se descuelgan
gusanos, lombrices y sapos de infierno.
Y nunca nadie se ha permitido toser.

Y yo me pregunto
¿Quién es el cobarde que afirma
que no frecuenta sus callejones?
¿Quién?
¿Quién se castiga viviendo así?
Sin rabia, sin salto, sin caída,
sin marisma,
sin los pasos que se clavan
obligando al asfalto
a humedecerse.

¿Quién es tan cobarde
de seguir el juego de convento?
Quién.

Ya no somos niños chicos.
Reconozcámoslo
nuestro mecanismo es el odio.



¿O nosotros somos, el mecanismo del odio?