05 julio 2011

No occasion

No tenemos más certeza
que la calle que corre bajo nuestros pies.
No existe muro de las lamentaciones
sobre el que no hayamos apoyado nuestra espalda.

Todos los puentes que cruzamos
estaban hechos de madera.
Madera que crujía bajo nuestros pies.

Todas las vidas que inventamos
crujían.

Crujían,
como el mar que nos separaba
de la salvación.

No estamos tan lejos.

Y no, no es éste un mensaje esperanzador.