24 febrero 2011

Se acabó el café.

Ya sólo me sube la primera.

La primera de la primera.

Como escobas en un piso de estudiantes.

Hay hombres que sólo mueren

con balas de plata.

Me olvidé la munición en casa.

¿Casa?

¿Qué casa?

Nunca he conocido el significado de la palabra.

Colecciono palabras

de la misma forma que podría guardar botones.

Pone en la puerta de entrada: cerrado

pero las manecillas del reloj

siguen rodando.

Caen ahora sobre las manos.

Hacen daño.

El tiempo que no hay.

que no existe.

¿Quién inventa el tiempo?

Volverá.

Él volverá.

Pero quién es él.

Él nunca estuvo.

Ahora me persigue.

Corro.

El reloj.

El reloj me espera.

Al final de la habitación.