Lo sé.
Me equivoqué.
Fue un riesgo tonto.
Estúpido.
Tanto
que ni siquiera estoy seguro
de que fuera un riesgo.
Quizás un tropezón.
La patada mal dada
a un balón.
La curva que sin ganas
ni fuerzas.
traza en el aire.
Y esa caída
patética
débil
que con dos botes tímidos
golpea el suelo
sin ganas.
Rodando lentamente
alejándose
del patio.
Quizás fue eso. Una patada mal dada. Un balón sin fuerzas. Un riesgo que es intento. Y que huele a arrepentimiento.