27 agosto 2009

Un mundo feliz: Aldous Huxley

-Es que a mí me gustan los inconvenientes.
-A nosotros no-dijo el interventor-.Preferimos hacer las cosas con comodidad.
-Pues yo no quiero comodidad. Yo quiero a Dios, quiero poesía, peligro real, libertad, bondad, pecado.
-En suma-dijo Mustafá Mond-, usted reclama el derecho a ser desgraciado.
-Muy bien, de acuerdo-dijo el salvaje, en tono de reto-. Reclamo el derecho a ser desgraciado.
-Sin hablar del derecho a envejecer, a volverse feo e impotente, a tener sífilis y cáncer, a pasar hambre, a ser piojoso, a vivir en el tempo constante de lo que pueda ocurrir mañana; el derecho, en fin, a ser un hombre atormentado.
Siguió un largo silencio.
-Reclamo todos estos derechos-concluyó el salvaje.