11 agosto 2009

Inquietudes

Asomada a la ventana
vigilo porque los sueños de otros
se cumplan una vez más.

Ya no siento envidia,
ni celos,
ni ansiedad.

Hace tiempo que los sueños
se marcharon de esta ciudad.

Recogieron sus bártulos,
juraron no volver jamás al páramo.

Pero, hay algo,
será inconsciencia,
será pasado,
o anhelo
que me hace seguir esperando.

Guardando por los que aún están por llegar,
por los que aún no han tropezado.