El día comienza cuando las ventanas se abren.
Nunca al revés.
Llegan los pies descalzos,
Caminan despacio,
Esparciendo cansancio.
Las manos deshacen,
con fastidio y hastío
los nudos del pelo.
Los ojos,
buscan la calma,
y sólo encuentran
rayos de luz que recorren la casa.
Los labios se abren.
aun hinchados:
...Gritos en la cocina...
La cafetera está vacía.
En el paquete no queda café.
En el molinillo sólo dos granos.
Solitarios y tristes.
Piden clemencia.
...Gritos en la cocina...