01 noviembre 2009

Las hijas bastardas de la suerte

Vestimos camisas horteras y pantalones vaqueros rotos. Nos aburrimos fumando y bebiendo vino barato, las cenizas son la alfombra de nuestro salón. Los vinilos de pizarra suenan confusamente en el tocadiscos. Se oyen maullidos de gatos a lo lejos, retumban las cristaleras y las lágrimas se estrellan contra los azulejos del baño. En la cocina huele a pimientos, cebollas y ajos. Todos mezclados. Hemos jurado no rendirnos jamás y ya nos estamos arrastrando, mantener una promesa nunca fue nuestra especialidad. Tapiamos la realidad a base de canciones tristes, country de otoño, The Allman Brothers Band y un poco de Cohen, a veces cuando estamos contentos pinchamos a Vegas. No hemos nacido para encontrar tréboles de cuatro hojas ni para sentarnos tranquilamente y ver la vida pasar. No te fíes del brillo de nuestros ojos, es debido a todo,excepto a la felicidad, las ojeras son la marca personal de esta casa de locos, poetas,románticos alérgicos a la palabra AMOR, ilusos y escépticos, al mismo tiempo, somos la perfecta definición de la contradicción. Somos las hijas bastardas de la suerte.